jueves, 30 de diciembre de 2010

Siempre lo intentaría.

Un hombre muy sabio dijo una vez que no tendrás nada en la vida si lo sacrificas todo por ello. Lo que quería decir, es que nada llega sin un precio. Así que antes de meterte en una batalla, será mejor que decidas cuánto estás dispuesto a perder. Muchas veces, ir detrás de lo que te hace sentir bien significa dejar atrás lo que sabes que es correcto y dejar a alguien significa abandonar los muros que has construiste en tu vida. Por supuesto, los sacrificios más difíciles son los que no vemos llegar cuando no tenemos tiempo de pensar una estrategia, de escoger de qué lado estar o sopesar las posibles pérdidas. Cuando eso ocurre, cuando la batalla nos escoge a nosotros y no a la otra parte, es cuando el sacrificio puede resultar ser más de lo que podemos soportar.

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