miércoles, 29 de diciembre de 2010


A veces, la realidad entra a escondidas y nos muerde en el culo, y cuando el dique revienta, todo lo que te queda es nadar. El mundo de las apariencias es una jaula, no un escondite. Sólo podemos auto engañarnos algún tiempo. Nos cansamos, tenemos miedo. Negarlo no cambia la realidad. Tarde o temprano, tenemos que dejar de lado la negación y enfrentarnos al mundo cara a cara, con las armas preparadas. Negación. No sólo es un río de Egipto, es un océano inmenso. ¿Pero cómo lograr no ahogarte?

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