Un hombre muy sabio dijo una vez que no tendrás nada en la vida si lo sacrificas
todo por ello. Lo que quería decir, es que nada llega sin un precio. Así que
antes de meterte en una batalla, será mejor que decidas cuánto estás dispuesto a
perder. Muchas veces, ir detrás de lo que te hace sentir bien significa dejar
atrás lo que sabes que es correcto y dejar a alguien significa abandonar los
muros que has construiste en tu vida. Por supuesto, los sacrificios más
difíciles son los que no vemos llegar cuando no tenemos tiempo de pensar una
estrategia, de escoger de qué lado estar o sopesar las posibles pérdidas. Cuando
eso ocurre, cuando la batalla nos escoge a nosotros y no a la otra parte, es
cuando el sacrificio puede resultar ser más de lo que podemos soportar.